Compra uno, ayuda a uno


Una tendencia de consumo mundial, es en la que los clientes no solo buscan beneficios personales sino un impacto en la comunidad. Según “Citizens Engage!”(Ciudadanos comprometidos) de la organización Edelman, el 64% de gente en el mundo considera que las empresas no solo deben ganar dinero sino también invertir en buenas causas.
El esquema que optaría una empresa sería "Compra uno, ayuda a uno”, por el cual un consumidor adquiere un producto y, en contrapartida, la empresa dona algo similar a una persona que no tiene satisfecha alguna necesidad: vestuario, salud, educación o alimentación. El Hogar San José de Chiclayo sería un punto de referencia  para que los emprendedores puedan considerarlo en la integración de su modelo. La idea no es crear asistencialismo, sino generar una relación de confianza con las personas y luego darles oportunidades de desarrollo.
Con este modelo, se genera un valor agregado que es apreciado por el cliente y que incrementa el valor del producto. Si funciona bien, se crea un círculo virtuoso de incremento en las ventas y del impacto social. En el campo de los negocios inclusivos o sociales, esta clase de emprendimientos tiene moderado impacto al combatir la falta de recursos en una escala global. El verdadero potencial está en su capacidad de transformar el mercado.También en hacer de la solidaridad un valor agregado que el cliente demande en el resto de los productos que consume.Para operar, se tiene que establecer alianzas con sus proveedores y convencerlos de que el impacto social será compartido. Si desean ampliar el negocio, podrían buscar inversionistas interesados en el desarrollo social. También pueden contactarse con organizaciones de la sociedad. Esto con el fin de canalizar los fondos eficientemente.

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